El periódico CincoDías publicó el pasado 3 de octubre una tribuna escrita por Álvaro Jiménez, gestor de Renta Variable de Gesconsult, en la que reflexiona sobre las cualidades del buen inversor, como la importancia del control de la emociones, la paciencia y el enfoque a largo plazo a la hora de operar en los mercados.
En la tribuna Álvaro habla de la capacidad que tenemos los humanos para adaptarnos al medio, aprender e imaginar. Sin embargo, resalta que el problema aparece cuando nos enfrentamos a situaciones desconocidas como puede ocurrir en la Bolsa: “El ser humano ha sabido adaptarse a cualquier entorno y a cualquier situación. Pero esa capacidad se diluye cuando el entorno cambia, especialmente cuando el cambio es rápido y constante. Esto es lo que ocurre en Bolsa. Nos enfrentamos a cambios drásticos, completamente nuevos y desconocidos, y somos incapaces de razonar. La parte emocional de nuestro cerebro se impone a la racional y acabamos cometiendo errores. ¿quién iba a saber cómo reaccionar ante una pandemia?, es más, ¿quién habría imaginado que podría haber una pandemia que paralizara el mundo? Por más que Bill Gates alertara del peligro de un virus global, nadie lo habría imaginado…”.
En su tribuna, el gestor habla sobre la racionalidad de los seres humanos y explica: “Toda la teoría económica no se sostiene con esta premisa, dado que parte de la base de que el ser humano es, por naturaleza, un ser racional. Pero la realidad es bien distinta. El futuro seguirá siendo incierto y seguiremos cometiendo errores por no saber cómo actuar ante situaciones desconocidas”.
Como conclusión, Álvaro dice que la cualidad más importante de un buen inversor es controlar sus emociones: “Es por ello por lo que la cualidad más importante de un buen inversor es el control de las emociones. Esto es especialmente complicado si mantenemos un horizonte temporal de corto plazo, pues acabaremos sucumbiendo a nuestras emociones y terminaremos cometiendo errores de inversión. No obstante, podemos corregir estos errores si olvidamos el ruido del corto plazo y pensamos en el largo plazo. Debemos ser capaces de mantener la calma ante situaciones extremas y pensar en lo que realmente debe importar a largo plazo: los fundamentales”.
Además, añade: “El control de las emociones, la paciencia y el enfoque de largo plazo son las cualidades más importantes que debería tener un buen inversor. No podemos ser completamente racionales, pero sí podemos evitar cometer errores si nos aislamos del ruido del corto plazo, analizamos la situación y mantenemos la calma”.
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